viernes, 5 de octubre de 2007

Triste y sola se queda Fonseca

Ha vuelto a empezar el nuevo curso académico, y por primera vez (al menos desde los tres años) me he librado de sus garras. Gracias al "milagro" de aprobar numérico in extremis post-revisión, este año me he quedado sin asignaturas. Vale, sin duda era el objetivo a cumplir desde el principio, pero no deja de resultar extraño. Las clases comienzan y la cosa no va conmigo en absoluto. Debería estar contentísimo, dar saltos de alegría, estar eufórico... y en cierto modo lo estoy, o al menos lo estuve en los primeros momentos, pero ahora estoy, principalmente, confuso.

Este año se acabaron los innumerables viajes de autobús con trasbordo ida y vuelta. Las carreras entre parada de uno y parada de otro. Se acabaron las ansias iniciales por cuadrar un horario decente. Se acabaron las comidas en marina civil (seguramente hechas con carne de ex-alumnos) donde disfrutaba del momento de relax la mayoría de las veces con buen humor y buena compañía. Y de las otras, en la cafetería, donde tras largo rato del pedido me daba cuenta de que se habían olvidado de mí y tocaba comerse el bocata frío y casi sin masticar para ir a clase a su hora. Se acabaron las clases monótonas garabateando los márgenes de los apuntes, o las portadas de las carpetas de propaganda que dan en la fotocopiadora. Y también las que pasaba cuchicheando y riendo por lo bajo olvidándome a veces de que estaba en un aula. Y sobre todo, se acabaron las incalculables horas sentado en las escaleras, charlando animadamente de nada importante con un siempre café de la máquina en la mano.

Y sí, siguiendo el tópico: he reído y he llorado. Y he conseguido conocer bien a mucha gente, para bien y para mal. Cinco años son muchos años al fin y al cabo, y da tiempo a vivir muchas experiencias (que quizá me anime a ir contando poco a poco) . Sería injusto señalar un año como "el mejor" porque cada uno ha sido especial a su manera. Sí los ha habido mejores y peores, pero todas las experiencias me han ayudado a llegar donde estoy tal y como estoy ahora, donde aunque eche en falta ciertas cosas, estoy muy agradecido y orgulloso de las que he conseguido. Y teniendo bien presente que siempre he sido honesto conmigo mismo y con todos los demás.

De la Universidad me llevo unos cuantos colegas, pero sobre todo algunos de esos amigos1 de los que se dice la expresión "para toda la vida". No son muchos, pero ellos saben muy bien quienes son. En los que confiar siempre y por los que daría todo, porque no sería más que devolverles lo que ya me han ido dando poco a poco. Decir toda la vida quizá es una predicción demasiado anticipada... pero ojalá que sea por mucho tiempo. Si siempre van a seguir siendo igual, cuanto más tiempo, mejor.

Aún me queda ¿un año? (a saber...) haciendo un proyecto fin de carrera de iniciativa propia del que espero poder estar muy orgulloso, pero que llevaré a cabo desde casita. Y por todo esto, un año sin pisar la facultad me va a resultar muy extraño...





(1): Por si la escrupulosidad de la palabra no llegara a dejarlo entrever, por amigos trato de englobar ambos sexos, porque me parece ridículo usar "@" o similares artificios en dos de cada tres palabras. En cualquier caso, insisto en que eso no debería despistar en absoluto de reconocerse en este marco a quién realmente está por méritos propios.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he pasado por tu blog aprovechando el jodido insomnio que padezco en estos momentos.

Veo que el fin de tus días como estudiante te producen cierta melancolía. Para contrarrestarla podrías terminar el Proyecto Fin de Carrera en diciembre y matricularte en el 2° ciclo en febrero. Tras unas semanas te arrepentirás, y entonces volverás a ser el mismo, jajaja.

"La vida no es un backtracking, es voraz. Siempre hay que mirar hacia adelante y olvidar la llamada recursiva" - Zorro, iluminado.

Fénix dijo...

Juas, 3:26... vaya horitas, encima habiéndote acostado como las gallinas...

No tiene que ver directamente con el fin de mis días como estudiante (no hecho de menos el "Sea A un K-espacio vectorial..." en absoluto), sino con el ambiente y el contacto con la gente.

Nah, al final será síndrome de Estocolmo... =P

Anónimo dijo...

Aaaarrggg!! Veo mpII hasta en los blogs! No es justo -_-
También puedes ir de "oyente", que no tienes presión por aprobar nada y así no lo echas de menos, aunque entonces serías masoca xD

Fénix dijo...

Seguramente tienes "Complejo de Secundino", que provoca que estés enamorada de tu profesor de MPII...

Y que digo que a mí las asignaturas como que me la pelan... pero me costará hacerme a la idea de perder ese ambientillo... un entorno entrañable para empatizar con la gente...