jueves, 31 de mayo de 2007

Consecuencias de la sangre latina...

Si es que no puede ser. Todos los años lo mismo. Llega el verano, el calorcito... y uno pasa a desesperarse con la cantidad de carne que se ve y la poca que se toca. ¿De donde salen semejantes jacas? Pero si en invierno no destaca una por encima de otra... y es llegar el verano y parece que se dilatan dentro de sus ropas, quedándoles ajustaditas, ajustaditas... Y lo mismo le pasa a uno, que también se dilata dentro de la ropa. =P

Digan lo que digan, siempre defenderé la idea de que a esas tipas las contrata la Universidad. Demasiada coincidencia que sea acercarse los exámenes y aparecer estos monumentales ejemplares. Imposible que tal voluptuosidad y semejantes atributos permanezcan inadvertidos el resto del curso. Eso está hecho para que suspendamos y que haya que abonar la matrícula otra vez. Porque así es imposible estudiar. Imposible no relinchar. Imposible alejar esa imagen perenne en la cabeza. Pantalones. Blancos. Ajustados. @_@

¡No es justo! Por favor, no me hagáis esto, que uno anda falto de cariño...

martes, 29 de mayo de 2007

Lo que de verdad importa

¿Por qué la gente se toma la vida tan en serio? ¿Por qué se le da tanta importancia a las cosas que no la tienen y se le resta a las que sí? La mayoría de las personas todavía no han asumido que su tiempo es demasiado importante como para perderlo con cosas que no lo merecen. Asumir un trabajo, adquirir responsabilidades... son cosas que sólo debemos hacer para garantizarnos la calidad de nuestro tiempo de ocio. Aprendamos de una vez que debemos trabajar para vivir, y no vivir para trabajar.

Socialmente se desacredita el tiempo de ocio porque va ligado a una imagen de desecho de responsabilidades. Es un tiempo en el que se busca la felicidad personal, el placer por el placer. Y se ha creado una falsa conciencia social de que eso es malo. ¡Obscenidad!¡Libertinaje! La imagen de la persona modelo a seguir es la que busca la autosuperación en su trabajo, la realización personal. Pero es que la realización personal poco tiene que ver con el compromiso de responsabilidades. Debemos entender de una vez que la única razón por la que encontrar un trabajo es importante, es porque estamos asegurándonos una calidad de vida. Y el único tiempo realmente importante es el que dedicamos para nosotros y los nuestros. El resto debemos sacrificarlo para poder seguir gozando de la misma calidad del primero. Y es el sitio donde entra Don Dinero. No os dejéis seducir, tener más dinero no necesariamente repercute en una mayor calidad de vida. De nada sirve amasar cantidantes ingentes de pasta cuando quizá el tiempo libre que sacrificamos tenía un valor mucho mayor. Hay que tasar inteligentemente.

Mi consejo: buscad un trabajo que os guste (que sea un tiempo a sacrificar no implica que deba ser desagradable) y que os permita disfrutar de vuestro tiempo de ocio inteligentemente. Permitir que el trabajo ocupe la mayor parte de nuestro tiempo puede parecer una alternativa fácil para cuando queremos mantenernos ocupados y ausentarnos de la realidad porque quizá no es tan amable como quisiéramos. Sin embargo esto a la larga se volverá en nuestra contra. El trabajo no nos construirá una realidad mejor. Deberemos enfrentarnos igualmente a ella, y a la larga caeremos en la melancolía y desmoralización. Por eso nuestra principal responsabilidad es alcanzar nuestro bienestar. Ser felices. Ninguna otra responsabilidad debe imponerse a ésta. El resto no es más que el camino a seguir, y no la meta.

miércoles, 23 de mayo de 2007

La doctora Brennan

Bueno, quien me conoce ya sabe que, entre otras, también tengo por afición dibujar. Ayer de noche estaba aburrido, así que cogí lápiz y papel y me puse a retratar lo primero que se me pasó por la cabeza. Al final lo dejé a medias, pero hoy por la mañana terminé el trabajo. Y.. ¡ta-dá!... hela aquí: la doctora Temperance "Huesos" Brennan. Lamentablemente mi limitado talento como artista impide que se parezca tanto como me gustaría =P

martes, 22 de mayo de 2007

El Tao del Fénix

Siempre he sido una persona muy crítica con mi trabajo. "Hazlo bien, o no lo hagas" ha sido mi máxima durante todos estos años, y presumiblemente seguirá siéndola de aquí a mucho tiempo. Por ello, también he sido siempre mucho más consciente de mis defectos que de mis virtudes. Sin embargo, si tuviera que destacar algo positivo en mi carácter, sería sin duda la perseverancia y el afán de superación. Sin eso, y lastrado por un sinnúmero de defectos e inseguridades, nunca podría haberme planteado aspiración alguna en la vida.

Todos nacemos con alguna virtud, algún talento más o menos destacable. Esas cosas, más grandes o más pequeñas, a las que con menos esfuerzo por nuestra parte podemos destacar sobre la mayoría. Sin embargo, espoleado por ese afán de superación, siempre he considerado que cualquier meta está al alcance de cuaquiera. Que con suficiente esfuerzo y dedicación podríamos alcanzar cualquier objetivo planteado. Por supuesto sería demasiado ambicioso pensar en acaparar todas las variedades de talentos, pero pensar en la posibilidad de que alcanzar uno u otro es una cuestión de decisión propia es una perspectiva halagüeña.

Sin embargo, como todo en esta vida, la mentalidad cambia (¿o tal vez madura?) con el paso del tiempo. Y cada vez soy más consciente de que las cosas inalcanzables existen. Que esas virtudes que me han impulsado durante tanto tiempo han alcanzado sus cotas, y que por mucho que las explote hay cosas que nunca conseguiré. ¿Es malo pensar así? Suena a conformismo, sumisión... y eso es algo que no creo que encaje demasiado con mi carácter ni mis motivaciones. ¿Estoy traicionando mis ideales?

Quizá sea mejor verlo desde otra óptica. Ahora soy consciente de mis limitaciones. Y el ser consciente y aceptar las limitaciones propias es un paso fundamental en la aceptación plena del yo. Nada impide seguir soñando, pero siendo consciente y habiendo aceptado la realidad. Tal vez así sea mejor. Mejor que que tu fantasía te estalle de repente en las manos y no te queden suficientes pedazos para reconstruir tus sueños rotos. Sin embargo, ¿cómo considerar algo un sueño si sujetas la ilusión y no luchas por ello abiertamente?

sábado, 19 de mayo de 2007

Monotonía de lluvia

Día lluvioso. Monotonía de lluvia tras los cristales, decía Antonio Machado. Y es la imagen que la mayoría de la gente se ha hecho de la lluvia. Compañera de días grises, de sentimientos desengañados y recuerdos que olvidar. Se ha ganado una fama que no se merece.

Me gusta la lluvia. El dulce repiquetear de las gotas cercanas, y ese inconfundible eco sordo que te envuelve. Las ondas en los charcos, los reflejos, la hierba mojada. Me hace compañía cuando camino solo. Cayendo tímida, caprichosa, como acariciándome. Y sí, probablemente triste, porque la rehuyen, la evitan, la condenan por cargos que no merece y la someten a la más cruel de las indiferencias. Se niegan a admitir sus virtudes y aceptarla tal como es. Sólo cuando os falte os daréis cuenta de vuestro error.

Mientras tanto seguiré disfrutando de su compañía. Personificándola como una figura frágil pero luchadora. Dulce, sensible y melancólica, pero tenaz y perseverante. Siempre sincera y mal interpretada. Y por mucho que se empeñen los literatos en convencernos de lo contrario, compañera perfecta de cualquier sentimiento.

Nada más que decir. Bueno sí, una cosa: dejad de empeñaros, no necesito un paraguas. =P

jueves, 17 de mayo de 2007

Filosofía de vestir

Hoy viendo lo desolador de mi fondo de armario me decidí a ir a comprar unos trapitos nuevos. Porque yo lo valgo. A riesgo de parecer pijo confesaré que soy habitual de Easy Wear y Green Coast. No es por ser elitista (de hecho dudo mucho que esas tiendas puedan considerarse en la élite), pero sus perchas suelen acertar con mis gustos.

El caso es que hoy me dió por pisar, además de las susodichas, territorio nuevo. La tienda se llama Desigual, y tienen la original costumbre de colocar la ropa en posturas atípicas.... El caso es que entre sus camisas, colgadas en las perchas por una manga en lugar del cuello, me encontré una muy acorde con mis gustos. Negra con lo q parecían unos garabatos indescifrables en letra de médico cubriendo la parte delantera y con un detalle tras un hombro. Cuál sería mi sorpresa cuando al meterme en el probador y abrochármela descubro que el reflejo de esos garabatos son plenamente legibles y están en perfecto castellano. Al final todo un tratado, que versa así:

"Desde que nacemos tenemos sentimientos de necesidad. En nuestra vida alcanzamos metas materiales que nos satisfacen en cierta manera. Tenemos la necesidad de entender el sentido de la vida. Lo que no queremos hacer en esta vida es ver que hemos perdido el tiempo. El problema es que no hacemos la buena pregunta y el hecho de no tener una buena respuesta.

Es importante empezar a preguntarse el por qué de las cosas que hacemos y de ser conscientes de nuestros actos. El sentimiento de plenitud sólo puede proceder de un viaje al interior; nunca del exterior.

El aceptar las cosas que parecen negativas es una razón profunda para avanzar y cambiar. ¿Qué es lo que estamos buscando? ¿cómo soy yo sinceramente?

Una persona compasiva emana una energía especial. Todos necesitamos la compasión. Debemos preocuparnos de nosotros mismos, reconocer nuestras capacidades y aceptarnos, sólo así podremos ayudar a los demás. Somos afortunados de haber tenido la oportunidad de estar aquí. No podemos alcanzar la felicidad sin alcanzar la compasión."

¿Quién decía que la literatura y filosofía están reservadas a los libros de tapas duras?

En fin, las chicas de Desigual han captado un nuevo cliente... =P

domingo, 13 de mayo de 2007

Sólo palabras...

Me considero una persona sincera. Y con ello quiero decir que mis palabras son reflejo fiel de lo que siento y lo que pienso en cada momento. Esa es la razón por la que doy tanta importancia a las promesas. Una promesa es mucho más que un vínculo verbal. Cuando hacemos una promesa estamos adquiriendo el compromiso de cumplirla. Quien rompe una promesa no hace más que confirmar que sus palabras no secundan sus sentimientos, demostrando su falta de sinceridad.

Hay quien habla del poder de las palabras. Dicen que las palabras pueden reconfortarte o entristecerte, relajarte o enervarte, cautivarte o lastimarte. No lo creo. El único y verdadero poder que tienen las palabras es el de la persona de la que provienen. Y ese es un poder del que nosotros mismos las dotamos. Ni el más apasionado texto literario tendría influencia alguna si no personificásemos las ideas que representa.

Esa es la razón por la que debemos estudiar con cuidado a quien dotamos con ese poder. "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad" decía el Tío Ben. Sin embargo, mucha gente usará ese poder de forma irresponsable, sin tener en cuenta las posibles consecuencias. También habrá quién lo haga a mala fé, tratando de conseguir un beneficio propio a sabiendas de su influencia. Incluso quien no sea consciente del poder que con ello se ha depositado en su persona. Son cosas que nos pasarán factura, y habrá sido sólo por culpa nuestra.

Por eso debemos no debemos conformarnos sólo con hermosas palabras, ya que éstas deberían estar siempre respaldadas por los hechos. Las palabras vacías, carentes de franqueza, nunca podrán sostener ninguna relación o vínculo real, ya que quien no apoye sus palabras con hechos, no está siendo honesto. Por eso os recomiendo que pongáis un poco más de vosotros mismos en vuestras palabras. O mejor aún si conseguís que sobren las palabras...

sábado, 12 de mayo de 2007

Presentación

Al final, he vuelto. Era de esperar. Al fin y al cabo me considero una persona con muchas inquietudes creativas, al márgen del talento que pueda tener para llevarlas a cabo. Sin embargo esta vez el espíritu es diferente. Esta vez mi propósito no es divertir al posible lector. Eso ya lo intenté con mayor o menor éxito en Licantropía, y comprobé que escribir regularmente monólogos humorísticos manteniendo el nivel es algo muy difícil y que requiere dedicación. Por supuesto tampoco es aburrir, pero este blog no se escribe tanto con el objetivo de que sea leído como el de, simplemente, ser capaz de escribirlo.

De niño aprendí a hablar muy pronto, mucho antes de caminar. Era un enano charlatán y felizón que contaba todo lo que se me ocurría a conocidos y extraños. Sin embargo según vas creciendo te das cuenta que poca gente tiene intención real de escucharte, momento en el que decides que en la mayoría de las ocasiones vale más mantener la boca cerrada. También te das cuenta que la gente no siempre dice lo que piensa, ni piensa lo que dice, y que lo que tú opines de una persona no siempre será recíproco. Sin embargo, cuando uno acaba tomando regularmente el café a solas, tiene tiempo para que demasiadas ideas pasen por su cabeza. Miedos, temores, inquietudes e indecisiones que es necesario poner en orden y para las que se debe buscar una vía de escape. Y hela aquí.

¿Y qué encontrará el lector de interés aquí? Bueno, seguramente nada. Sin embargo, si algo nos han enseñado las películas policiacas es que cuando buscas información sobre alguien las fuentes más fiables acaban encontrándose investigando en Los bajos fondos...