miércoles, 31 de octubre de 2007

¿Truco o trato?

Esta noche es noche de brujas, Halloween. Una festividad de origen celta que, en contra de lo que se pudiera pensar, fueron los europeos los que la llevaron al nuevo continente. El nombre por su parte, viene del apócope de "All Hallows' Eve" (Víspera de Todos los Santos).

El caso es que llevo días intentando dibujar algo y no he quedado satisfecho con ninguno de los intentos, que han acabado todos igual: en la basura en forma de papel arrugado. Sin embargo, con la llegada de Halloween me ha surgido la excusa perfecta para llevar a cabo un cambio radical en la temática de dibujo que últimamente había adoptado...

Os presento a un tocayo mío, Sir Daniel Fortesque, protagonista de Medievil. Puede apreciarse con facilidad la influencia del universo de Tim Burton en la concepción del personaje. El mundo de lo oscuro, del terror y lo macabro, pero completamente caricaturizado. Espero que os guste. Es mi pequeño homenaje a la noche de brujas.




martes, 30 de octubre de 2007

Sin rumbo, coraje ni prisa

¿Qué te pasa? Siempre la misma pregunta que recurrentemente vuelve a mi cabeza, y siempre para quedarse una temporada. Inútil, estúpida e innecesaria... ¿Por qué esa pregunta? ¿Por qué si no quiero pensar en las razones de la respuesta? ¿Por qué si ya las conozco?

Siempre la misma rutina. Un día cualquiera, y sin buscarlas, encuentras de golpe las respuestas que no quieres escuchar a las preguntas en las que evitas pensar pero siempre permanecen en tu cabeza. Porque es muy fácil vivir de la fe (no la beata, sino la que todos tenemos y situamos entre la confianza y la esperanza), pero muy difícil mantenerla cuando se desmontan sus argumentos. Y mucho más cuando, con facilidad y sin pretenderlo, es uno mismo el que lo hace. Cuando sentado a tu frente una imagen de tí mismo, sarcástica y de sonrisa burlona, humilla tus ilusiones. Y durante el tiempo que te acompaña ves con cristalina transparencia la realidad sobre lo que te rodea. Y echas mucho más en falta ciertas cosas. Sin dudas ni titubeos lo admites todo como la verdad única. Y tratas de asumirlo, aunque cueste y duela.

Así pasan varios días, arrastrando los pies más de lo habitual y disimulando con hipócritas sonrisas de medio lado. Donde lo mejor es evitar todas las conversaciones posibles porque hablar con alguien es un ejercicio agotador. Donde todo lo demás da igual. Hasta que un día algo fútil consigue alejarte de tus pensamientos y que los olvides como olvida un niño travieso el sermón de sus padres. Al menos temporalmente, hasta su vuelta inesperada.

¿Quién iba a pensar que la persona más cruel conmigo mismo podría ser yo?

domingo, 21 de octubre de 2007

El Yeti es una mujer

Bueno, este dibujo ni siquiera lo iba a publicar. Lo empecé sin intención de acabarlo. Sólo para practicar rostros femeninos, en especial los ojos. Pero al final comencé a bosquejar el resto y decidí acabarlo. De todos modos el dibujo es un poco más cutrón de lo habitual... cosa que se aprecia sobre todo en el "exceso de pelo" (por evitar dibujar más cosas que detallar) y la falta de naturalidad de éste.

En cualquier caso, al final, aquí está. Podéis pensar que es portuguesa... o que se quedó sin pilas para la Epilady, yo que sé...


viernes, 19 de octubre de 2007

Mejorando la técnica de "con un 6 y un 4..."

Bueno, pues aquí otro dibujito para la colección. Los hambrientos dibujan bodegones, los que viven en el interior mares bravos e impetuosos, los de la ciudad bucólicas escenas campestres... y Fénix... Fénix dibuja estas cosas... =P

Bromas aparte, sigo en mi cruzada de aprender a dibujar chicas sexys. Hacer chicas es de las tareas más difíciles en dibujo (por las posibilidades del cuerpo femenino...), y hacer que parezcan sexys es, al menos para mí, un gran reto (y no, no penséis que se basa en hacer las tetas más grandes). Así que aquí hay un intento más. Personalmente creo que cometí unos cuantos errores, sobre todo en la elección de los lápices al inicio. Además marqué algunos surcos en el papel, y es algo que el sombreado agrava. Para colmo, la cara no me acaba de convencer en absoluto... pero bueno, pese a todo, estoy aceptablemente satisfecho. Espero ir mejorando en este ámbito del dibujo...

jueves, 11 de octubre de 2007

Mientras me barro los pies...

Tengo veintitrés años. Aún muy joven, pero poco a poco me arrimo a la barrera de la madurez. Sino metal, al menos física. Y cuando uno va alcanzando la madurez, a su alrededor empiezan a surgir conversaciones nunca antes siquiera planteadas, que se repiten cada vez con mayor habitualidad…

Por alguna extraña razón hay una conciencia social que dice que para que la vida de una persona esté completa debe casarse y tener al menos un hijo (siendo recomendable dos), habiendo alcanzado así su meta exigida de familia feliz. Y esta conciencia además apremia a que consigamos estos objetivos con premura, dado que cuanto antes los alcancemos, antes podremos disfrutar del que sin duda debe ser el nirvana de nuestra existencia. Pues para variar, y como se intuirá por el tono utilizado, un servidor discrepa con estos principios.

El matrimonio. Me resulta cómico que mucha gente alegue a él como un estado superior de enamoramiento. Como alegando que casándote llevas la ternura y la pasión a un nivel superior. Por favor. Quizá no sea la persona más experimentada para hablar de ello, dado que aún a mi edad nunca he tenido una relación estable con una muchacha, pero sí tengo las ideas suficientemente claras para saber que si estoy enamorado de una persona, lo estaré independientemente del estado civil. No dudo que, al hacerme feliz, querré compartir todo el tiempo que me sea posible con ella. Y pondré todo lo que haya en mi mano para que ella sea feliz conmigo. Pero a la ley nada le importa eso. Es (y debe ser) algo entre nosotros. Porque, ya llegados a este nivel, la R.A.E. dice del matrimonio:

matrimonio.(Del lat. matrimonĭum):
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
2. m. En el catolicismo, sacramento por el cual el hombre y la mujer se ligan perpetuamente con arreglo a las prescripciones de la Iglesia.

Ritos, formalidades legales, unión perpetua, prescripciones de la Iglesia… pero de amor nada. La Iglesia habla mucho y predica sobre el amor, me podéis decir. Sí, por supuesto, pero de forma ambigua y demasiado hipócrita para mi gusto. ¡Ay, con la Iglesia hemos topado!

No es de esto de lo que quiero hablar, así que no profundizaré mucho, pero hay que abrir los ojos a la realidad. La Iglesia es una institución antigua y anticuada (que no son necesariamente sinónimos), intolerante, apoyada en valores machistas, que defiende la jerarquía… Surgida en la Edad Media, y lamentablemente apenas evolucionada desde entonces. La Iglesia siempre ha sido un instrumento para proteger los intereses de las clases dominantes sobre el proletariado, el pueblo llano. Por eso la Iglesia siempre ha defendido los valores que fomentan el crecimiento del pueblo dominado, consiguiendo así más siervos, mano de obra… condenando las aptitudes que impiden este crecimiento. Por supuesto, el suicidio es pecado. El aborto es pecado. No deben usarse métodos anticonceptivos… El matrimonio es una herramienta más para garantizar esos intereses. Y la boda… un reclamo.

¡La boda! Lo cierto es que mucha gente por lo que se deja obnubilar no es por la idea del matrimonio en sí. Sí conocen el concepto, pero la idea que les embarga de bienestar es la de la celebración de la boda. Un día de placer y regocijo. Una celebración tan hermosa. ¡Qué guapa iba la novia! Maravillosa, preciosa, perfecta… Palabras que resuenan del pasado en nuestra cabeza. Por supuesto, un anzuelo con un cebo muy apetitoso para picar. Decoran lo que te convencen de que será tu futuro de una forma tan inmaculada que no puedes dejar de desearlo. Quizá egoístamente, todos quieren para sí una ceremonia como esa. Y seguramente para muchos es la prueba irrefutable y concluyente de que el matrimonio te procurará la felicidad.

Y por último, los hijos. No voy a criticar en absoluto la decisión de tener hijos, pero creo que debe tomarse responsablemente. Tener un hijo conlleva un compromiso enorme y constante, por lo que antes de aceptarlo creo que debes plantearte dos aspectos. Primero: ¿he vivido para mí lo suficiente? ¡Aprovecha la juventud! ¡Trata de alcanzar tus sueños antes de luchar por los de tus hijos! ¡Escápate! ¡Disfruta! ¡Vive tu vida antes de tener que vivir la de otra persona! Eso es para mí alcanzar tus metas en la vida. Y lo segundo: ¿estoy en las mejores circunstancias para tener un hijo? Porque un niño no es un juguete, y si no estas en las mejores condiciones y lo tienes sólo para saciar tu ansia egoísta, al final se traducirá en sufrimiento en mayor o menor grado para el pequeño, inocente de tus actos.

En conclusión, y ésta vez no hablaré de forma general, sino personalmente y refiriéndome únicamente a mí persona. No planteo casarme. No a corto o medio plazo al menos. Ahora quizá queráis llamarme hipócrita por plantearme siquiera la posibilidad de hacerlo. Pero lo cierto, es que sí hay razones que podrían llegar a convencerme. La primera es que, una vez habiendo conocido a una persona, habiéndome enamorado de ella, habiendo convivido con ella largo tiempo, y en definitiva, habiéndome convencido que no hay lugar mejor que a su lado, quiera dejar testimonio legal de que somos pareja. Por si algo me ocurriera, cederle ciertos derechos (sobre lo que en realidad ya ha sido mutuo) ante la ley. La segunda y última razón que se me ocurre ahora (quizá haya más) es porque casarse fuese algo importante para mi pareja. Por tanto, estando plenamente convencido de que esa persona me hace feliz, sin duda cedería a hacerla feliz concediéndole ese anhelo. Y ahora quizá alguien me quiera acusar de frío, de carente de romanticismo… y estaría completamente equivocado. Lo que pasa es que mi idea de romanticismo pasa por que una persona, a la que no le ata ninguna circunstancia legal o de otro tipo, siga a mi lado en todo momento. Saber que puede marcharse en cualquier momento sin rendir cuentas a nadie, y no lo hace. Y tratar de sorprendernos uno al otro en cada momento. Y conocernos completamente y sin embargo seguir aprendiendo cada día algo nuevo uno del otro. Y poder mirarnos con los mismos ojos que al principio. Y poder compartir esa pícara complicidad sin que eso convierta en predecible el uno al otro… Eso es algo que mantener día a día. En cualquier caso, estos pensamientos ya divagan un poco acerca del tema inicial, que era mi idea de la familia feliz, y no mi idea del amor (que quizá trate en otro momento). Sin embargo, el que piense que por someterse al santo sacramento del matrimonio queda exento de estos deberes es un necio sin lugar a dudas. Y por último, respecto a los hijos. Es algo que no quiero plantearme ahora mismo. Soy muy joven, y tengo mucho por vivir. Aún tengo mucho que luchar por mis sueños, y disfrutar de mi vida antes de responsabilizarme de la de otra pequeña persona. Eso no quiere decir que lo descarte. Quizá en el futuro, si encuentro a la persona adecuada y habiendo ya podido disfrutar de nuestras propias vidas intensamente, pueda pasar a considerar un hijo como un motivo de alegría y no como una pesada carga o responsabilidad. Pero a ese día le falta mucho por llegar. Antes tienen que pasar muchas cosas. Quiero seguir mi propio camino, y no el que otros marcan para mí.




P.S.: Esta entrada me ha quedado muy larga y un poco densa. Espero al menos haber sabido expresar correctamente lo que opino para no ser malinterpretado.

sábado, 6 de octubre de 2007

Cazado por una loba

Sabía que tarde o temprano pasaría, y no es algo que haya tratado de evitar. Soy un bocadito demasiado suculento para una de estas lobas que circulan por ahí. Como una fiera se abalanzó sobre mí y ya no pude negarle nada. Necesitaba compañía, y yo a quien acariciar y quien aullara junto a mí...

A quien me refiero podéis verlo aquí mismo en el blog, a la derecha, bajo mi perfil. De nombre: Cicatricia. Jugando con ella se la puede hacer aullar, gruñir, hacerla sentar, o que os arranque un suculento trozo de carne de las manos (haciendo clic en more). Pero como alguien se propase con ella... también le arrancaré un trozo de carne (y no de las manos) ò_ó

(Cierto... lo que hace el aburrimiento...=P)

viernes, 5 de octubre de 2007

Triste y sola se queda Fonseca

Ha vuelto a empezar el nuevo curso académico, y por primera vez (al menos desde los tres años) me he librado de sus garras. Gracias al "milagro" de aprobar numérico in extremis post-revisión, este año me he quedado sin asignaturas. Vale, sin duda era el objetivo a cumplir desde el principio, pero no deja de resultar extraño. Las clases comienzan y la cosa no va conmigo en absoluto. Debería estar contentísimo, dar saltos de alegría, estar eufórico... y en cierto modo lo estoy, o al menos lo estuve en los primeros momentos, pero ahora estoy, principalmente, confuso.

Este año se acabaron los innumerables viajes de autobús con trasbordo ida y vuelta. Las carreras entre parada de uno y parada de otro. Se acabaron las ansias iniciales por cuadrar un horario decente. Se acabaron las comidas en marina civil (seguramente hechas con carne de ex-alumnos) donde disfrutaba del momento de relax la mayoría de las veces con buen humor y buena compañía. Y de las otras, en la cafetería, donde tras largo rato del pedido me daba cuenta de que se habían olvidado de mí y tocaba comerse el bocata frío y casi sin masticar para ir a clase a su hora. Se acabaron las clases monótonas garabateando los márgenes de los apuntes, o las portadas de las carpetas de propaganda que dan en la fotocopiadora. Y también las que pasaba cuchicheando y riendo por lo bajo olvidándome a veces de que estaba en un aula. Y sobre todo, se acabaron las incalculables horas sentado en las escaleras, charlando animadamente de nada importante con un siempre café de la máquina en la mano.

Y sí, siguiendo el tópico: he reído y he llorado. Y he conseguido conocer bien a mucha gente, para bien y para mal. Cinco años son muchos años al fin y al cabo, y da tiempo a vivir muchas experiencias (que quizá me anime a ir contando poco a poco) . Sería injusto señalar un año como "el mejor" porque cada uno ha sido especial a su manera. Sí los ha habido mejores y peores, pero todas las experiencias me han ayudado a llegar donde estoy tal y como estoy ahora, donde aunque eche en falta ciertas cosas, estoy muy agradecido y orgulloso de las que he conseguido. Y teniendo bien presente que siempre he sido honesto conmigo mismo y con todos los demás.

De la Universidad me llevo unos cuantos colegas, pero sobre todo algunos de esos amigos1 de los que se dice la expresión "para toda la vida". No son muchos, pero ellos saben muy bien quienes son. En los que confiar siempre y por los que daría todo, porque no sería más que devolverles lo que ya me han ido dando poco a poco. Decir toda la vida quizá es una predicción demasiado anticipada... pero ojalá que sea por mucho tiempo. Si siempre van a seguir siendo igual, cuanto más tiempo, mejor.

Aún me queda ¿un año? (a saber...) haciendo un proyecto fin de carrera de iniciativa propia del que espero poder estar muy orgulloso, pero que llevaré a cabo desde casita. Y por todo esto, un año sin pisar la facultad me va a resultar muy extraño...





(1): Por si la escrupulosidad de la palabra no llegara a dejarlo entrever, por amigos trato de englobar ambos sexos, porque me parece ridículo usar "@" o similares artificios en dos de cada tres palabras. En cualquier caso, insisto en que eso no debería despistar en absoluto de reconocerse en este marco a quién realmente está por méritos propios.